‘No toques dos veces’: Un film que rompió los moldes del cine de horror














El director Caradog James regresa al tema de la compasión maternal que exploró en su anterior trabajo, ‘The Machine’, para demostrar nuevamente que su talento para iluminar sets y crear atmósferas sólidas es socavado por sus precarias habilidades como contador de historias. Pero antes de echarle montón, los guionistas Nick Ostler y Mark Huckerby deben compartir esa responsabilidad por los artificios tan torpes que se inventaron para mantener la historia a flote.

Lo que sí debe reconocerse es que encontraron formas de esquivar los convencionalismos del género y crearon personajes femeninos fuera de los moldes del cine de horror. De hecho, con un poquito de imaginación, podría ser menos obvia que Candyman, Oculus y The Babadook.

Curiosamente, Katee Sackhoff interpreta a la madre asesinada en Oculus y ahora, en el papel de Jess, de nuevo el instinto maternal se pone a prueba cuando su hija adolescente, Chloe (Boynton), aparece en su lujosa casa de campo establecida en Gales. Inspirada en el mito eslavo de Baba Yaga, la narración se desarrolla entre vírgenes, madonnas, solteronas y brujas mientras Jess trata de comprobar su amor manteniendo a Chloe alejada de las garras de una fuerza malévola y supernatural, que interpreta con un expresionismo muy atinado Javier Botet ([REC] y Mamá).

Sin embargo, los sustos nunca se concretan pese a la creciente insistencia de la banda sonora. Quienes resisten y sobresalen de lo material son los protagonistas. Los actores otorgan a sus escuetos papeles un toque crudo de emoción para hacerlos más perturbadores, pero James insiste demasiado en que las piezas encajen dentro del molde de la historia y en mantener los clichés a raya. 

VEREDICTO 

Aunque está repleta de espeluznantes momentos de shock, la película carece de delicadeza en su historia para que haga match con las comprometidas actuaciones de sus actores y el impecable trabajo visual. El resultado luce como un montón de elementos encajados con calzador, lo que resta impacto a la historia.