Oscar 2019: Películas que la Academia olvidó nominar

En la antesala de los Oscar, repasamos aquellas películas que a pesar de su calidad y sus valores de producción, no fueron volteadas a ver por la Academia. Las grandes olvidadas.

Por Luis Jurado

Cada año, desde su formación, la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMPAAS, por sus siglas en inglés) hace omisiones al momento de incluir ciertos títulos entre los nominados a Mejor Película.

Algunos de ellos, muy groseramente, son ignorados por completo, mientras otros son simplemente enviados a una que otra categoría de las menores, por el ejemplo, en 1989, La última tentación de Cristo fue totalmente olvidada y sólo alcanzó entrar a la terna al Mejor Director Martin Scorsese, mientas que Rain Man de Mark Johnson fue elegida como la Mejor del Año.

El 2019 no es la excepción y por lo mismo, hacemos un breve resumen de algunas obras importantes que, aunque en algunos casos se esperaba su inclusión, no llegaron a figurar en la categoría principal.

El reverendo (First Reformed, Paul Schrader)

Aunque Paul Schrader es considerado uno de los mejores guionistas de Hollywood, su trabajo como director ha pasado más que inadvertido por la Academia, aunque la crítica y los festivales internacionales le tienen mucho aprecio por Gigoló Americano (American Gigolo, 1980), Mishima, una vida en cuatro capítulos (Mishima: A Life in Four Chapters (1985) y Autofocus (1995), entre otras maravillas, como es El reverendo.

Schrader dirige con mano maestra a un fantástico Ethan Hawke, que interpreta a un religioso que, por azares del destino, enfrentará su fe con sus ideales políticos y sociales olvidados.

La cinta es considerada por muchos como su obra maestra, ya que en ella están presentes todas sus obsesiones – el deber, el pecado, la religión, el sacrificio por el bien de otros – temas omnipresentes, incluso, en los guiones realizados para terceros, como Taxi Driver o La última tentación de Cristo.

A pesar de que Hawke fue nominado para casi todos los premios que se entregan este año, a la Academia no sólo se le “chispoteó” el actor, sino también la cinta y su director, que sin embargo, está considerado, por enésima vez, al Oscar al Mejor Guión Original.

La mula (The Mule, Clint Eastwood)

Esta es la más notoria de las ausencias y también de los más grotescos desconocimientos de la Academia.

La obra de Clint Easwood ha sido reconocida en numerosas ocasiones con el Oscar, principalmente Los imperdonables (Unforgiven, 1992) y Los golpes del destino (Million Dollar Baby, 2004), que recibieron el premio a la Mejor Película.

Sin embargo, el que quizá es su mejor filme desde su dupla de la II Guerra Mundial, Cartas desde Iwo Jima (Letters from Iwo Jima, 2006) y La conquista del honor (Flags of Our Fathers, 2006), fue borrada de la premiación a pesar que muchos apostaban a que tendría por lo menos una mención para su director.

La cinta cumple todas las características de las nominadas al Oscar este año; está basada en la historia real, con tintes raciales y políticos muy marcados, de un anciano que por la crisis financiera, se vuelve “mula” del Cártel de Sinaloa, incluso, su productora adelantó su estreno porque juraban que podía darle guerra a Roma.

Además, el público – y más los contemporáneos de Eastwood – se han encargado de volverla la película protagonizada por un actor de más de 70 años más taquillera de la historia.

El motivo de la ausencia según quien escribe esto: El realizador apoyó abiertamente al Partido Republicano durante las pasadas elecciones presidenciales y Hollywood no se lo va a perdonar ni siquiera porque la cinta es en el fondo el mea culpa del buen Clint y quizá su canto del cisne.

Esta ceremonia pasará la historia como la que le dio la “patada de mula” al que es uno de los tres mejores directores norteamericanos de todos los tiempos que quedan vivos (los otros dos son Spielberg y Scorsese).

El odio que das (The Hate U Give, George Tillman Jr.)

Tiene 97% de frescura en Rotten Tomatoes, Filmaffinity le da tres estrellas de cinco, Metacritic la coloca entre las 60 mejores cintas del año y sin embargo, no figuró en ninguna categoría de los Oscar.

Esta hermosa teen movie cuenta la aventura de una joven afroamericana que estudia en una escuela particular y se ve involucrada en el asesinato de su mejor amigo a manos de un policía blanco, lo que degenera en un intenso estallido social.

Recuerda por su tono un tanto didáctico a la aclamada Boyz n the Hood (1990), que le dio a John Singleton el primer premio de la Academia para un realizador de color, además de ser hasta ese momento, el más joven en recibirlo.

Las razones de la AMPAAS son misteriosas, ya que en comparación a la muy chabacana Black Panther (Ryan Coogler), que recoge un mensaje similar, resulta una obra maestra.

No te preocupes, no irá lejos (Don’t Worry, He Won’t Get Far on Foot, Gus Van Sant)

Gus Van Sant ya ha comprobado su talento para realizar cintas que exaltan el lado más bonito del ser humano.

Algunas bastante cutres, pero que en general llenan las expectativas de los electores en las entregas de premios.

Aunque esta cinta, en cierta manera parece la amalgama Mente indomable (Good Will Hunting, 1997) y Mi camino de sueños (My Own Private Idaho, 1991), su lenguaje cinematográfico y su original montaje llamaron la atención de la crítica y el público asiduo a las salas de arte.

Empero, a pesar de las excelentes actuaciones de Joaquin Phoenix, Jonah Hill y Rooney Mara, y su originalidad, a la Academia quizá le pareció muy irritante su humor ácido y mejor se abstuvieron de nominarla al Oscar.

Un ladrón con estilo (The Old Man & the Gun, David Lowery)

Pese haber sido anunciada con bombo y platillo como “la última película de Robert Redford”, ni el público ni la Academia se dieron por enterados de su existencia.

Relata la historia real de un asaltante de bancos cuyo último atraco lo realizó con más de 80 años.

Pero, al igual que La mula, este tipo de temas no atraen mucho a los académicos, que prefieren nominar cintas que hablen del racismo y la inclusión, aunque tengan que ser intolerantes con sus actores viejos.

El trabajo de sus intérpretes, Redford y una todavía muy bien conservada Sissy Spacek, es más que correcto, tienen una química brutal y demuestran que aunque los dos ya están viviendo horas extras, la belleza no está reñida con el talento.

Tully: Una parte de mi (Tully, Jason Reitman)

Charlize Theron, cuya actuación hizo que se desviviera todo el mundo en halagos, quizá era la única que podía pelearle el Óscar a Glenn Close y sin embargo, no va a estar en la ceremonia.

Es más, ni siquiera su cinta. Una dura y divertida reflexión sobre la felicidad y el engaño al que debemos recurrir para poder tenerla, que no llamó la atención de la Academia.

Destrucción (Destroyer, Karyn Kusama)

Una inteligente reinvención del cine negro, al mejor estilo de John Huston, con una insólita interpretación de Nicole Kidman, que no le llamó la atención a la Academia.

Karyn Kusama asombró a los cinéfilos y la crítica por filmar uno de los mejores thrillers hard boiled norteamericanos de los últimos tiempos.

Tal vez no les gustó el que algunos han visto erróneamente en ella una representación negativa de una mujer empoderada.

Viudas (Widows, Steve McQueen)

La AMPAAS requería filmes que hablaran de la condición de la mujer, de la intolerancia racial, de los prejuicios, etcétera.

Con todo, prefirió cerrarse a trabajos interesantes como Viudas, en la que su director, Steve McQueen, regresa a sus preocupaciones formales (la condición de la mujer, la intolerancia racial, los prejuicios, etc.) en la forma de una película de robos que usa todas las convenciones del género para comprobar su tesis.

Un pequeño favor (A Simple Favor, Paul Feig)

Paul Feig es para muchos el mejor director de comedia norteamericano actual, pero siendo honestos, de repente le falla, y lo que debería ser gracioso le sale bastante soso.

El punto es que la Academia se volvió loca con su muy poco graciosa Damas en guerra (Bridesmaids, 2011) y a este interesante policial cómico, la mejor de su filmografía, ni el favor le hicieron.

Es una lástima porque es muy entretenida y cuenta con un estupendo par de protagonistas, Blake Lively y Anna Kendrick, mejor dirigidas que nunca.

Es de esas ocasiones en que uno se pregunta, ¿por qué nominar un mediano filme de súper héroes cuando hay tantos de mayor calidad?

El candidato (The Front Runner, Jason Reitman

No es la mejor cinta de Reiman, pero se agradece la honestidad que tiene al tratar el tortuoso asunto que expone, sobre un político que estando como puntero en la carrera presidencial, es expuesto por ser un adicto a las relaciones extramaritales.

Es otro más de los intentos desesperados de Hugh Jackman por ser reconocido con el Oscar, con una actuación correcta y una muy buena caracterización de Gary Hart, un buen político que estuvo a nada de ser candidato a presidente de los Estados Unidos a finales de los 80.

Quizá porque el personaje que retrata era Demócrata y prefieren los trabajos que demeriten a los Republicanos, pero la academia acabó diciéndole a Jackman “échale ganas, DiCaprio se tardó 20 años”.

Fahrenheit 11/9 (Michael Moore)

En 2003, Michael Moore ganó el Oscar al Mejor Documental por Masacre en Colombine (Bowling for Columbine) y dio un explosivo discurso contra la guerra de Irak que el gobierno de George Bush Jr. comenzó porque se decía que ahí se encontraban los talibanes a los que se culpaba del atentado a las Torres Gemelas.

Quizá porque la campaña contra el terrorismo estaba muy bien posicionada entre el pueblo norteamericano y la mayoría de las intervenciones de los galardonados iban en ese sentido, es que la Academia decidió no volver a contemplarlo (sólo lo nominaron al Oscar por Siko, de 2007 y nada más).

Se le puede calificar como panfletario, manipulador o radical, pero lo cierto es que es el único que se atreve a decir las cosas como son y sin miramientos.

En ese sentido, Farenheit 11/9, una dura crítica no sólo a Trump y cómo llegó a la presidencia, sino a todo el sistema político de su país, merecía más atención.

El motivo por el que no aparece en ninguna de las nominaciones es que no sólo deja mal parado al Partido Republicano sino al Demócrata, a los medios de comunicación y a todos los industriales de su país.

Para tomar en cuenta: Está nominada a dos premios Razzie, llamados también los “anti Oscar”, para Donald J. Trump como Peor Actor y Kellyanne Conway, su Consejera Presidencial, como Peor Actriz de Reparto. Alguien sí tomó en serio a Moore.

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Hay muchas más películas que se podrían incluir en este recuento pero estas son solamente algunas de las que faltarán en la fiesta más importante del cine.

Cabe mencionar que cada una de ellas pudo haber estado en la ceremonia sin afectar a las 8 nominadas, ya que según el estatuto aprobado en 2017, se pueden incluir hasta 10 en la categoría principal.

En resumen, no faltaron por no tener la suficiente calidad sino porque tal vez a los académicos les dio flojera ver todos los trabajos. ¿Tú qué opinas? ¿Crees que falte alguna?