Anna Karenina, la historia del conde Vronsky o la decadencia del Imperio Ruso

Anna Karenina

Director:  Karén Shajnazárov

Actúan: Elizaveta Boyarskaya, Maksim Matveyev, Vitaly Kishchenko y Kirill Grebenshchikov

Duración: 111 minutos

★ ★ ☆ ☆☆

Sinopsis

No hay una verdad única en el amor, sino que cada quien encuentra su propio camino. ¿Qué debe tener prioridad: la pasión o el deber? ¿Cómo elegimos? ¿Y a quién le toca juzgar? Estas son las preguntas eternas, lanzadas sin remordimientos hacia nosotros por la vida.

Anna Karenina hizo su elección, dejando a su hijo Sergei crecer luchando por entender por qué su madre tomó tan trágico y terrible camino, y al conde Vronsky atormentado a causa del recuerdo de la mujer por cuya muerte todavía se culpa después de 30 años.

En 1904, después de una de las batallas de la guerra ruso-japonesa, Sergei Karenin y Alexey Vronsky se encuentran en un remoto pueblo manchuriano, donde el destino les ofrece la oportunidad de regresar a los acontecimientos del pasado, para finalmente encontrar las respuestas que ambos han buscado por largo tiempo.

https://youtu.be/L8IxQRyCsC4

La historia de Anna Karenina ha sido adaptada para el cine y la televisión por lo menos unas 30 veces, con mayor o menor fortuna. Y mientras muchos debaten si la mejor versión de la obra de León Tolstói es la de Clarence Brown, de 1935, protagonizada por Greta Garbo o la de Joe Wright, de 2012, con Keira Knightley, por desgracia, la del antes espléndido Karén Shajnazárov (Somos del Jazz, 1984 y Mensajero, 1987) es una de las más olvidables.

Narrada desde la perspectiva del amante de Anna, enfrenta al Conde Vronsky, que ha sido herido en batalla, con el hijo de Karenina, quien le pide que le cuente el por qué su madre decidió abandonarlo junto a su padre y cuáles fueron las razones de su terrible suicidio. En el inter, ambos generarán un vínculo de comprensión mutua, al mismo tiempo que Vronsky se relaciona con una niña china y se muestra la guerra entre Rusia y China, de principios del siglo XX.

Karén Shajnazárov fue al comienzo de su carrera uno de los mejores directores jóvenes rusos. Su cine es parte del generado cuando comenzaba la decadencia de la antigua URSS y empezaba la famosa Perestroika. Era dueño de un oficio y un talento poco común, pero salvo los elevados valores de producción, la hermosa fotografía de Aleksandr Kuznetsov y Alik Tagirov y su cuidada ambientación, no hay nada más que pueda rescatarse de su nueva producción.

Los actores no tienen la suficiente química entre ellos como para hacer que nos interese su destino y el ritmo es tan lento que apenas llegando a la primera media hora, no puede evitarse el bostezar de repente. Podría pensarse que lo paquidérmico del ritmo se debe a que fue planeada para ser ambas, una serie de TV y película para cine, pero la verdad es que sus casi 2 y ½ horas de duración llegan de pronto a provocar que el espectador quiera seguir el destino de la famosa adúltera del título y tirarse bajo las ruedas de un tren.

Veredicto

La obra original está considerada la obra cumbre del realismo, una de las mayores críticas a los prejuicios sociales y a la burguesía en general. La versión del veterano Shajnazarov no es ni lo uno ni lo otro y se queda a nivel de una experiencia aburrida, sin sentido y decadente. Y es una lástima, porque muy pocas veces se estrenan en nuestra cartelera, productos de la antes mejor cinematografía del mundo.

Por Luis Jurado