Cuernavaca, el aislamiento como escape

Estreno: ¡Cuernavaca, ya en cines!

Director Alejandro Andrade

Elenco Carmen Maura, Moisés Arizmendi, Emilio Puente y Mariana Gajá

Estreno 7 de septiembre / 88 minutos

⭐⭐⭐

 

Sinopsis

La madre de Andy (Puente) se debate entre la vida y la muerte, y el pequeño es llevado a la casa de su abuela paterna, en Cuernavaca. Ahí, el niño deberá enfrentarse a la búsqueda de su padre, el rechazo de su abuela y la presencia del hijo del jardinero.

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Cuando todo indicaba que se trataría de un día común y corriente, el antojo de un helado tiene consecuencias fatídicas; este es el caso de Andy (Emilio Puente) y su madre (Mariana Gajá), a quienes el infortunio les llega mientras pasaban un rato juntos. Ante la catástrofe, la vida de Andy da un giro de 180 grados y es enviado a Cuernavaca a vivir con su abuela, una mujer dura y sin muchas muestras de afecto.

En medio de algunas escenas oníricas, en las que los sueños de ser superhéroe son enterrados, el niño poco a poco va conviviendo con su nuevo entorno: una tía con síndrome de Down con cierta devoción por los gatos y un joven jardinero que se convierte en su mejor amigo, en quien depositará toda su confianza. Paralelo a ello, Andy buscará la forma de estar en contacto con su progenitor.

Todos estos personajes, de una u otra forma, fungen como conexión para subrayar la necesidad que el protagonista tiene de ser querido y encajar en su nuevo hábitat. Todo esto transcurre en medio de un ritmo pausado, tal vez algo contemplativo, y algunas de sus tomas tienden a ser exageradamente oscuras.

En el rol de la abuela de Andy, Carmen Maura, en lo que supondría su tercera de cuatro colaboraciones en el cine mexicano, personifica bien la antítesis de la dulzura; además, se mueve bien con el elenco con el que comparte cartel, en el que hay actores no profesionales y algunos novatos; el director supo darle una tonalidad uniforme a todos. Asimismo, conforme avanza la trama, las manías, los vicios y las verdaderas intenciones de los personajes irán saliendo a la luz, dándole arco dramático y un nudo que queda a medias tintas.

Veredicto

Cuernavaca explora la disfuncionalidad familiar, pero se enfoca más en el aislamiento de un preadolescente con una tonalidad simple en su narrativa, pausada, pero compleja en su cascada de emociones. Es el tipo de cintas que son alabadas en un festival, pero que difícilmente logran meterse en la epidermis del espectador.

Por Adrián Ruiz