‘La estudiante y el Sr. Henri’, una comedia con mal humor













Director Ivan Calbérac

Constance (Noémie Schmidt) huía del rigor de su padre y está decidida a no atender el negocio familiar, sino estudiar en la universidad. Pero al llegar a París y tener que rentar una habitación barata, se encuentra con el señor Henri (Claude Brasseur), un cascarrabias hecho y derecho que obligó a su hijo a seguir sus paso.

El escaso presupuesto de Constance y su necesidad de independencia la obligan a ser más prudente con sus cmentarios y seguir las reglas de la casa para crear empatía con su arrendador, mientras que Henri poco a poco da su brazo a torcer.

Así que el entendimiento aquí no se da como en las comedias hollywoodenses: Constance y Henri no tienen un mágico cambio de cuerpos para descubrir sus respectivos puntos débiles y ver la manera en la que esos, al detonarse, se expanden rápidamente por el ánimo del otro. Antes de llegar al punto de armonía entre los personajes hay que recorrer un largo camino que incluye escalas en recuerdos dolorosos, vocaciones enterradas, golpes en la autoestima y conflictos familiares.

En estos momentos pareciera que estamos por navegar en un drama lacrimógeno, pero Calbérac, quien igualmente estuvo a cargo del guion, te los presenta con secuencias de comedia elegante, apenas surgentes, y selecciona los conflictos de cada uno de los personajes para aterrorizarlos en la contidianidad, y así es como te vinculas con ellos. Verás.

También se aplaude el intento del cineasta por hacer sutiles guiños críticos a la situación actual de los jóvenes en Francia: Constance los encarna en sus incansables intentos por ingresar a una universidad y al tener qe conformarse con un empleo mal pagado.

Pese al esfuerzo, La estudiante y el Sr. Henri no tiene tanta chispa y agilidad como otras películas francesas recientes acerca de la transformación de las diferencias a partir de la convivencia.

Tampoco es nítida la intención del cineasta con los comentarios y las situaciones con tintes misóginos que vive Constance; no son lo suficientemente agudos como para ser una denuncia y de hecho resultaban inherentes a la trama. El resto del ensamble permite omitir por momentos esa situación para no perder detalle de la peculiar amistad de los protagonistas.

VEREDICTO: Los personajes opuestos que logran entenderse no es algo nuevo, pero la cinta se mantiene a flote gracias a una elegante comedia y el trabajo de sus actores centrales.