‘The Favourite’: la gloria coronada de Yorgos Lanthimos

El director griego Yorgos Lanthimos ha hecho una cadena de thrillers retorcidos y sorprendentes. Ahora realiza The Favourite, un drama de época que es su película más radical hasta ahora

Por Alex Godfrey

The Favourite, la película situada en el siglo XVIII de Yorgos Lanthimos sobre la reina Anne (Olivia Colman), está dividida en capítulos como: ‘Soñé que te apuñalaba en un ojo’. No es tu típico drama de época. Dirigiéndose a una reunión importante, la reina ha experimentado con el rímel. “Pareces tejón”, le dice su consejera política Lady Sarah (Rachel Weisz). Anne, un despojo emocional, pasa la mayor parte del tiempo merodeando en su camisón, burlándose de la comida, abofeteando a los pajes y alimentando a sus 17 conejos. En otros lugares del palacio, un hombre desnudo muriendo de risa es agarrado a naranjazos y se realizan carreras de patos.

Cuando el guión realizaba las rondas por los estudios, Rachel Weisz le escribió a Lanthimos diciéndole cuánto le gustaría interpretar a Lady Sarah. Esto no es nuevo: Weisz lo buscó hace años después de ver su película Dogtooth, de 2009, sobre una pareja que mantiene a sus hijos encerrados en casa, ciegos al mundo exterior. Los aburridos niños ladran como perros y matan a un gato. Weisz, “inmensamente conmovida” por ella, le invitó un té a Lanthimos en un un pub donde platicaron mucho y él le dijo que le mandaría su siguiente guión, que terminó siendo The Lobster. “Afortunada yo, ¿cierto?”, dice ella sonriendo.

Los actores aman a Lanthimos. Nicole Kidman también lo buscó después de ver Dogtooth, que dijo la conmovió hasta las lágrimas. Dogtooth fue su segunda película, realizada con un presupuesto mínimo en su nativa Grecia; después se mudó a Londres y ha realizado otras, con presupuestos y ambiciones más grandes pero sin aceptar compromisos. En The Lobster, de 2015, la gente que no pudiera encontrar una pareja romántica en 45 días se convertía en animales, mientras que The Killing Of A Sacred Deer, de 2017, donde Lanthimos eligió a Kidman para el elenco, trataba de un chico con un poder diabólico ordenándole a un cirujano torácico que sacrificara a uno de sus hijos. Nada es normal en ella.

Lanthimos fue criado en Atenas en una familia de clase media baja. Le encantaba el cine pero apenas si hay industria de cine en Grecia, así que fue a una escuela de cine y se convirtió en director de comerciales, adquiriendo experiencia técnica y aprendiendo a trabajar con actores. Con el dinero que ganaba, comenzó a realizar películas de muy bajo presupuesto en las que todos trabajaban gratis, prestaban sus autos, casas y ropa felices de que sus amigos vieran lo que hacían. El debut de Lanthimos como director fue en Kinetta, en 2005, sobre un grupo de gente replanteando escenas de asesinatos, pero Dogtooth fue vista más allá de su círculo social, sobre todo después de ser nominada para el Oscar a Mejor Película Extranjera.

En Alps (de 2011), sobre cuatro amigos haciéndose pasar por gente que ha muerto para darle consuelo a sus parientes, tuvo un presupuesto menor, y considerando las ideas que tenía y la necesidad de un sistema de apoyo, decidió hacer películas en inglés y mudarse a Londres. Con sus películas griegas, se había rebelado contra la estética que había empleado en los comerciales. “Así que quise hacer todo de la manera opuesta”, dice. “No luces, no maquillaje, no estilistas y locaciones que se vieran naturales”. Desde entonces sus películas han crecido en recursos —The Favourite, ciertamente, es un trabajo exuberante— pero el espíritu imperfecto sigue ahí.

Basada en una historia real, Olivia Colman es la reina Anne, una monarca muy gritona, impresionable y que padece de gota. La formidable Lady Sarah (Weisz) es la amiga de infancia de Anne y ahora, a pesar de su matrimonio, también es su amante. Y después llega la prima de Anne, Abigail (Emma Stone), una aristócrata que pasa por una mala racha. Abigail se pone al servicio de ambas, pero ansiosa de estatus, inicia una lucha operática por el afecto de Anne. La película es de todos los colores de la comedia: seca, ridícula y viciosa, empapada de crueldad y con un uso liberal e inventivo para referirse a la vagina.

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‘The Favourite’ (2018). Cortesía de 20th Century Fox.


Originalmente escrita por la guionista Deborah Davis, aterrizó con Lanthimos en 2009 después de Dogtooth, con los productores dándole rienda suelta para desarrollarla como le pareciera mejor, incluyendo reescritura con el guionista australiano Tony McNamara. No es, por mucho, lo que esperarías de un material con este origen. “No provengo de esta tradición o cultura”, dice Lanthimos sobre la subversión. “Fue un reto para mí ver cómo darle un giro al género a mi manera”.

Como actriz inglesa, a Weisz le emocionaba agitar las cosas. “No es una obra de museo polvorienta. Es anárquica y radical y absurda y trágica. Los cambios tonales, el lente de ojo de pescado, todo es parte de una narrativa nueva”.

A pesar de toda la comedia, tiene un gran corazón, dejándote un poco abandonado. Y en cuanto al absurdismo, no te imaginarías que Lanthimos no es extraño en persona; es relajado y de modales suaves. Olivia Colman, otra acólita que quiso más después de estelarizar The Lobster, dice que “extrañamente, él es un hombre muy cálido, amable y de gran corazón, lo cual es difícil de imaginar cuando ves sus películas”.

Eso es verdad. Toma la francamente malvada The Killing Of A Sacred Deer y todo su sufrimiento infantil como prueba de fuego si quieres conocer el gusto de alguien. De verdad es el humor más negro. Stone lo conoció para hablar de The Favourite en 2015 justo cuando se estaba preparando para Sacred Deer, y prácticamente brincó cuando la mencionó. “Cuando la niña dice: ‘Papá, Bob se está muriendo’, solté una carcajada, ¡y está hablando de que su hermanito está sangrando por los ojos! ¿Cómo lo hace? ¡Es jodido!”.

Confundirnos es parte del plan. Estos escenarios extremos nos dan más espacio para pensar en el comportamiento que explora, dice Lanthimos. Y el comportamiento es preocupante. Colin Farrell, que estelarizó en The Lobster y Sacred Deer, ha comentado que los personajes de Lanthimos son egoístas, sus mundos crueles y sus gustos claramente nihilistas. ¿Concuerda el director?

“Supongo que sí”, dice riendo. “Me refiero a que observo mucho de la gente. Te sorprende agradablemente conocer a gente que no es egoísta. La parte nihilista de ello… simplemente no siento la necesidad de hacer películas que muestren cosas eventualmente de una manera positiva porque no tendrían una función para mí. Cuando haces cosas que exploran la dificultad y no funcionan apropiadamente, es interesante para que la gente piense en ello y en tratar de mejorar, quizá. El lado más oscuro y peor de la gente: eso es lo que me interesa, no pintar una imagen perfecta que probablemente no exista en ningún lado”.


Como tal, sus películas no están limitadas por un género. La oscuridad o comedia por sí mismas son demasiado reducidas para provocar un sentimiento original, cree él. “Cuando veo algo que es trágico”, dice Stone, “no se siente como la vida, porque alguien puede morir y después ese día alguien puede hacerte reír accidentalmente. Siempre hay ese balance y creo que es lo que refleja la humanidad en ello. Aun en Sacred Deer, que es la película más retorcida de todos los tiempos, cuando me dijo de que se trataba pensé: ‘¿Qué es eso? Nadie quiere ver eso’. Pero es graciosa. Supongo que de alguna manera lo es en su absurdo porque la vida es absurda”.

Todos sus actores mencionan la economía de la comunicación de Lanthimos. Si no está en la página, no existe. “No discute personajes”, dice Stone. “O trama. O escenas. O nada que esté ocurriendo. No quiere romper las motivaciones de cada personaje, quiere que tú las encuentres. Y una escena es mucho más emocionante cuando no has discutido cada elemento. Es mucho más viva si no sabes”. Esto es lo que quiere: que los actores estén presentes en lugar de preparados. Asegura que la espontaneidad acerca más a la verdad de las cosas.

Para conseguirlo, crea ejercicios físicos. En su audición para The Favourite, le pidió a Stone jadear mientras decía sus diálogos, respirar como si estuviera dando a luz. ¿Le explicó por qué? “No”, dice. “Claro que no. ¡Es Yorgos! Él no explica!”. Ella cree que él trataba de ver si podía mantener el acento inglés sin importar qué estaba haciendo. “Creo que planea esos juegos para checar que no te avergüences”, dice Colman. “Si sientes que alguien se restringe, no es lo que él quiere”. Antes de filmar The Favourite, puso a ensayar durante tres semanas a su elenco clave, donde tuvieron que recitar sus diálogos repetidamente mientras se tomaban de las manos, caminaban hacia atrás chocando unos con otros y, dice Weisz, “haciendo pretzels de forma humana donde tienes el trasero de alguien en tu cara y su pierna sobre tu oreja”.

“Así que estás muy cerca de la gente y no riéndote”, dice Colman. “Decíamos [susurra conspirando]: ‘¿Por qué? ¿Por qué estamos haciendo esto?’. Pero era muy divertido. Llegamos a conocernos muy bien y nos apoyábamos. Eso es lo que él hizo sin explicarlo. Así que comenzamos a trabajar en la película conociéndonos de arriba a abajo y no nos avergonzábamos frente a los demás. Si alguien hubiera tenido un popoaccidente, no habría habido problema”. Stone, sentada con Colman, se ríe por esa nueva palabra. Parece apropiada.

Lanthimos sonríe pícaramente al recordar esos chanchullos, especialmente cuando le mencionamos lo que le hizo pasar a Nicholas Hoult, quien interpreta a Robert Harley, el líder Tory de la oposición. En su audición, le pidió a Hoult que tarareara mientras el actor que estaba con él hablaba, y luego que imaginara campos de fuerza rodeando la habitación y que esculpiera dicho campo alrededor de su colega. “Ni siquiera sé qué es un campo de fuerza”, ríe Lanthimos ahora. “Mucho menos cómo esculpir uno”. Dice que mucho de esto es él improvisando en el momento, trabajando con lo que hay en la habitación, sacando a los actores “de la realidad de la escena. Simplemente creo que si te tomas las cosas con demasiada seriedad, lo que sea que hagas se vuelve obvio y se siente cohibido”.

‘The Favourite’ (2018). Cortesía de 20th Century Fox.


No es un auxiliar para el realismo —el realismo en una película sólo puede ser construido, dice—. Lo que quiere es la verdad. Su ímpetu para abordar The Favourite era su increíble triunvirato femenino, y trató de honrarlo. Hay un amor lésbico en el fondo, pero nunca parece una película del género gay —la cuestión del mismo sexo es irrelevante—. Trata de los juegos de poder. “Simplemente resulta que están enamoradas unas de otras y tienen sexo entre ellas”, dice Weisz. “No se trata de darle al traste a los tabúes. Y la mirada del director no es lasciva. Su pasión es candente pero el ojo que la mira es frío y clínico”.

“Era muy importante para mí asegurarme de que eso no se convirtiera en la cuestión central de la película porque no lo es”, dice Lanthimos. “No me interesa mostrar lo escandalizada que estaba la gente cuando se enteraba de la relación ni nada por el estilo. Por eso nadie en el filme comenta el hecho de que se trata de una relación homosexual. Quería que la gente las viera como seres humanos y que estuvieran metidos en sus personajes y comportamientos. Y son tres mujeres que tienen mucho poder, lo cual es raro ver. Esa fue una de las razones por las que me interesó la película. No había visto nada así”.

De muchas maneras, The Favourite sacude las cosas. Se siente novedosa y muy singular. “Las palabras ‘brillante’ o ‘genial’ se usan muchísimo, generalmente sin una buena razón, pero creo que Yorgos se las merece las dos. Adoro ver sus películas. Está cableado de otra manera. Nunca puedes predecir lo que va a hacer”, dice Colman. Weisz dice que las experiencias de ver las dos películas que ha realizado con él están “fuera de mis fantasías más locas. Son de verdad sorprendentes y siempre se te mueve el piso”.

Lanthimos seguirá realizando películas, presentando sus mundos completamente formados y rechazando demasiado análisis psicológico. En la conferencia de prensa de The Lobster, en Nueva York, alguien le preguntó qué animal elegiría ser si le forzaran a ese escenario. “Algún tipo de ave”, respondió. “¿Porque eres un espíritu libre?”, sugirió el moderador. Lanthimos suspiró. “No, simplemente porque me gusta volar”, dijo.

 

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