Máquinas mortales (Mortal Engines), tarda pero despega

Máquinas mortales, ¡Ya en Cines!

Director: Christian Rivers

Actúan: Hera Hilmar, Hugo Weaving, Jihae, Robert Sheehan, Leila George

Duración: 128 minutos

★ ★ ★ ☆ ☆

Sinopsis

En un futuro posapocalíptico, ciudades móviles dominan el paisaje en enormes orugas, las cuales se tragan a las más pequeñas para hacerse de sus recursos. El londinense marginado Tom Natsworthy (Sheehan) está orgulloso de su hogar hasta que conoce a la misteriosa Hester Shaw (Hilmar) y se entera de que el héroe de Londres, Thaddeus Valentine (Weaving), podría no ser tan ejemplar como creía.

Metáfora visual del capitalismo, la vista de una Londres gigantesca y móvil engullendo un poblado más pequeño es impresionante. El mundo despojado de Máquinas mortales está muriendo y la humanidad está al borde de la extinción, causada por su propia arrogancia.

Sin embargo, ese defecto sigue dominando, con cada ciudad convencida de que es su destino manifiesto convertirse en la depredadora alfa en este mundo de “darwinismo municipal”. Es un gancho atractivo para esta película épica producida por Peter Jackson, pero es también el escenario de una historia de aventuras bastante convencional.

La buena noticia es que Christian Rivers, viejo colaborador de Jackson y director por primera vez, mantiene constante el ritmo de la acción y la eleva de modo paulatino.

La historia, basada en un libro Máquinas mortales de Philip Reeve, ha sido perfectamente optimizada para la pantalla al mantener los ritmos emocionales y agregar otros para aumentar su peso, pero al mismo tiempo elimina grandes partes innecesarias que van de un lado a otro mientras nuestros héroes luchan por descubrir qué está pasando y eventualmente detener una trama que amenaza a todo el planeta.

Alguien, parece, está tratando de recobrar las armas que alguna vez rompieron la corteza del planeta y que pusieron a las ciudades de todo el mundo en movimiento.

Como el joven historiador londinense Tom Natsworthy, Robert Sheehan es agradable aunque su papel es desagradecido. Es un ingenuo atrapado en eventos de gran calibre, dándole a otros la oportunidad de explicar cosas para él y la audiencia.

Todavía menos interesante resulta Hester Shaw (Hera Hilmar), la misteriosa chica enmascarada que apuñala a un hombre sin una provocación obvia casi en cuanto la conocemos. El porqué lo hace resulta un punto central en la trama de la película.

Hera Hilmar es una presencia atractiva, incluso cuando gruñe y se ve desesperada; además, su trasfondo y deseos conflictuados le dan una sensación diferente respecto de la típica imagen de las mujeres de acción en otros títulos.

Aunque el Valentine de Hugo Weaving resulta una figura muy familiar, hay una textura muy agradable en el elenco de reparto, desde Shrike (Stephen Lang), que parece un Terminator aterrador, hasta Anna Fang, la súper cool Jihae.

Y la construcción del mundo es tan buena como esperarías de un director que se entrenó con The Lord of the Rings. Desde las huella de metros de profundidad que cada ciudad deja tras de sí cuando se mueve, hasta los chatarreros tipo Mad Max que tratan de sobrevivir fuera de la estructura de las ciudades, hay una sensación real de desesperación y deterioro en todos lados.

En la impresionante Londres, pasamos más tiempo en las entrañas de la ciudad que en sus alturas (la catedral de San Pablo es lo más alto de la estructura, con el domo y todo).

La trama de Máquinas mortales, sin embargo, es un tanto predecible y recuerda un poco a Star Wars conforme se acerca el final, pero hay momentos de verdadera gracia en el camino y más aventuras emocionantes de las que quizá esperes, así que es un buen comienzo para Rivers y su esfuerzo es digno de la trayectoria de Jackson.

Veredicto

Máquinas mortales toma quizá demasiadas referencias de cosas familiares, pero cuando se clava en su propia rareza, este filme deja huella y despega.

Por Helen O’hara

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