Reseña de Roma de Alfonso Cuarón, la cinta obligada del año

Roma, ¡ya en Cines!, y el 14 de diciembre por Netflix

Director: Alfonso Cuarón

Actúan: Yalitza Aparicio, Marina de Tavira, Nancy García García

Duración: 135 minutos

★ ★ ★ ★ ☆

Sinopsis

Los primeros años de la década de los 70 son de mucho movimiento en el Distrito Federal y también dentro de una casa de la colonia Roma, donde Cleo (Aparicio) y Sofía (de Tavira) se confrontan, cada una, a un momento crucial en su vida personal.

https://youtu.be/wM_TFwLRQAY

Reseña de Roma

Para ser la más personal de las películas que Alfonso Cuarón ha realizado hasta ahora, Roma tiene varias capas que trascienden a los recuerdos íntimos que el cineasta tiene de su infancia al lado de sus hermanos, abuela, madre y de Libo, su nana, a quien abiertamente está dedicada esta historia y cuyas vivencias son la materia prima del relato.

Entre esos niveles de lectura que Cuarón ofrece, destaca la preponderancia de la figura femenina, tal y como lo hizo en Children of Men y Gravity, sólo que en este caso no se trata de una visión postapocalíptica de la humanidad ni de una crisis en una misión espacial, sino de los personajes que representan a la mamá y a la nana del realizador en un creciente Distrito Federal, en la década de los 70.

Más próximo a nuestra realidad, y quizá por eso resulta sencillo abrirse al discurso que desarrolla, el director parte de un momento determinante para una familia cuando Sofía (Marina de Tavira) debe cargar sobre sus hombros una separación y Cleo (Yalitza Aparicio) lidia con un embarazo no deseado y en soltería. Es por eso que cada una debe, en medio de la cotidianidad y rutina, afrontarse a diario a pequeñas batallas que le permitan librar el paso, y posiblemente ganar la guerra completa en medio de un contexto que pesa terriblemente sobre sus hombros.

En ese aspecto, Roma contiene diálogos sustanciales y dolorosos del tipo “Estamos solas. No importa lo que te digan. Estamos solas”, que Sofía solamente puede enunciar en una catártica borrachera, y que llegan como alfileres a los oídos de una apacible Cleo. El mismo efecto tienen algunas acciones por las que transitan las protagonistas, desde un abandono en la sala de cine o un abrazo desesperado para una despedida.

Además de los desafíos femeninos, Cuarón también pone el dedo sobre la escabrosa y amplia brecha entre razas y las clases socioeconómicas en nuestro país. Si bien las dos surcan la soledad y en la misma ciudad, el transitar que cada una realiza revela mundos completamente distintos: la comodidad de los barrios clasemedieros vs las carencias básicas de las periferias emergentes, las convivencias sofisticadas sobre los festejos tradicionales, los disfraces de astronautas contrapuestos a las cajas de cartón sobre la cabeza y la imaginación…

Una tercera capa que señalamos en nuestra reseña de Roma, es que corresponde a una más banal, pero no por eso se trata con ligereza ni deja de ser profunda. Y es que la nostalgia está presente a cada cuadro y abraza desde la cinefilia de la época, con las grandes y vistosas construcciones que antes eran los cines y las propias cintas que se refieren en el relato, hasta los sonidos y las postales urbanas que corresponden a los años setenteros de la capital del país.

El armado resulta efectivo y resulta sencillo fascinarse por alguna de esas lecturas. Sin embargo, pese a la experiencia de Cuarón y de haber demostrado con anterioridad su capacidad de concreción en Gravity; Roma de momentos se pierde en artificios o referencias innecesarias: un incendio en un bosque, un temblor inoportuno e incluso la tan anunciada secuencia del Halconazo, son algunos de los momentos que sólo aportan minutos a la cinta.

Si bien esto reduce la velocidad del viaje, los paisajes que vemos y lo que escuchamos hace del trayecto algo placentero. La mezcla y edición de sonido realmente te sumergen en cada uno de los escenarios que sirven a esta historia, mientras que las imágenes no dejan de transmitirte esa sensación de mirar hacia el pasado y también de belleza, gracias a la mancuerna fotográfica que Cuarón hizo con Galo Olivares.

Además de lograr que por momentos sintamos los recuerdos de Cuarón como propios, y convertirse una cinta que marcará la historia del cine del mundo y del mexicano —entre otros hechos, gracias a su exhibición en Netflix, sería la película mexicana que a más países del mundo llegaría—, Roma se siente como un abrazo colectivo sobre la playa, confortante y necesario.

Veredicto de la reseña de Roma

Aunque la disfrutarás en la pantalla de tu casa, vale mucho más que la veas en cines. Roma nos entrega a dos personajes femeninos que se plasmarán en nuestro recuerdo por su arco, pero es también una experiencia sensorial que tocará especialmente a los defeños de aquella época. Quizá no es la mejor película que Cuarón ha entregado, pero sí la más emotiva, personal y la que más destaca técnicamente.

Por Anaid Ramírez

Si disfrutaste nuestra Reseña de Roma, tal vez te interese