‘Sunka Raku’: metáfora sobre la creatividad del humano

Estreno: 18 de mayo

Directora: Hari Sama

Elenco: Roberto Behar, Nicolás Echevarría, Luisa Durón

⭐⭐⭐

Sinopsis:

Después de algunos trabajos de ficción como Sin Ton ni Sonia y El sueño de Lú, Hari Sama presenta su primer trabajo documental luego de casi tres años de haberse exhibido en el Festival Internacional de Cine de Morelia. El eje principal de su trabajo recae en la vida de Roberto Behar, un hombre que ha experimentado la dicha y la tristeza, así como el dolor y el placer, a su vez ha cambiado de oficio en más de una ocasión.

Contada a través de las cuatro estaciones del año, la cinta expone el maltrato y abuso a los que Roberto fue sometido. Sin embargo, y como un ser curioso y de búsqueda incansable, intentó resarcir sus demonio a través de diferentes pasiones, como la música; la publicidad fue otra de sus facetas, en ella  pudo colaborar con la máxima diva del cine mexicano, quien participó en uno de sus comerciales, éste es tal vez uno de los momentos más gloriosos que tiene esta propuesta.

Todo tiene el sabor de una vida interesante, pero la intensidad se incrementa más, al menos para el protagonista, en la cultura oriental, incluso edificó una casa japonesa en el Ajusco construida con técnicas milenarias. La finalidad es aprender las bondades de la ceremonia del té, las razones son albergadas en esta propuesta, que utiliza elementos de animación para acentuar el relato.

Aunque el filme se enfoca en la vida de Roberto Behar, este trabajo también puede fungir como una metáfora sobre la creatividad del ser humano, de cómo se usa la misma para la búsqueda de la felicidad; puede ser momentánea, se puede tener noción de ella, pero siempre hay que ser un ser incansable para conseguirla.

A lo largo del filme se cuenta con algunas tomas contemplativas, enmarcando el cambio de estaciones y el sentir del protagonista. Pese a la belleza de esas escenas, en ocasiones llegan a ser cansinas, así que funcionan como un arma de doble filo. 

Veredicto:

Propositiva en su desarrollo, la cinta se siente como un buen ejercicio, pero hay algunas redundancias que pueden llegar a distraer al espectador, además de que no todos los testimoniales proveen vitalidad a la obra.

Por: Adrián Ruiz.