Reseña ‘Lucky Logan’: ¿Alguien de verdad pensó que Steven Soderbergh se había retirado?













TRAMA

El minero Jimmy Logan (Tatum) pierde su trabajo; desesperado, enlista a su hermano Clyde (Driver) para planear un robo en la Coca-Cola 600, una de las mayores carreras NASCAR del año.

¿Alguien de verdad pensó que Steven Soderbergh se había retirado? Ciertamente no la gente que vio The Knick, que fue más cinemática que la mayoría de las películas estrenadas en cines. Y ahora el pionero de las independientes de los 90 regresa a los cines con esta bien actuada, mejor dirigida, aunque un tanto familiar historia sobre un robo —y después de la aburrida Masterminds del año pasado, dios sabe que necesitábamos una buena—.

Channing Tatum es un adorable tipo tronado, esta vez como un minero del oeste de Virginia con un acento sorprendentemente convincente. Como ocurre en este tipo de películas, cuando lo corren por una condición preexistente decide robar la taquilla del día principal de la carrera local NASCAR.

Para ello enlista a la típica banda de inadaptados incluyendo a su hermano, interpretado por Adam Driver en un casting que estira la credulidad del parecido familiar. Sin embargo, los dos tienen química, y el cantinero de habla lenta pero muy ocurrente que perdió un brazo en Irak sobresaldría a nivel de interpretación en Logan Lucky si no fuera por la presencia de un tal Daniel Craig.

Interpretando a un convicto con cabello rubio desteñido y una gran experiencia en explosivos, esos ojos azules que tiene tan fríos como Bond, están aquí mirando como lunático. Es hilarante y convincente como alguien muy alejado de los artilugios de clase de su trabajo cotidiano; es un placer recordar lo buen actor de carácter que puede ser Craig. Agrega algunos hackers y el equipo está completo. Y ahora, ¿qué hay del plan?

Las películas de robos tratan sobre el proceso, así que sería un crimen contarte mucho. Baste decir que Soderbergh y la escritora Rebecca Blunt son cuidadosos de incluir la suficiente información para asegurarse de que entendamos lo que pasa, pero son igual de cuidadosos para tendernos algunas sorpresas en el camino.

Si todo esto te suena un poco como Out Of Sight cruzada con la trilogía Ocean y su bebé creciendo en el país de Trump, es porque así es. Hay una sensación inevitable de que Soderbergh está interpretando sus grandes éxitos aquí —aunque es extraño lo rara que es ahora una película de crimen donde los personajes llevan el peso de la historia, tanto que se siente como un ejercicio retro de vuelta del milenio—.

Es aún más irritante, como pasa con muchos de los trabajos de Soderbergh (Side Effects, The Good German), la sensación de que estamos a un borrador más de algo especial, pero que su ritmo de trabajo no lo permitió. Seth MacFarlane ciertamente no tuvo tiempo suficiente para perfeccionar su acento “inglés”. Hilary Swank, como una agente del FBI (con Macon Blair de Blue Ruin como su pareja) no va a ningún lado, como tampoco un cameo extendido de Katherine Waterston, quien aparece para que entiendas algo sobre el sistema de salud estadounidense y desaparece en cuanto termina. Y aunque no todo debe quedar bien amarrado al final, Logan Lucky no tiene el final impactante que la construcción de la historia merece. Pero es un viaje tan disfrutable llegar a él que se le perdona. 

VEREDICTO

Aún si necesitaba de un último empujón para que fuera excepcional, es muy disfrutable. Y Soderbergh otra vez atrae a un elenco con el cual es un placer pasar el rato.